miércoles, 22 de agosto de 2012

Utopías de un mundo nuevo


Vuelan las alambradas y van cortando el aire suspendidas en el camastro de los sueños que planean sobre el mundo.

Arrancadas del letargo de las vallas estériles, desgarradas en jirones de ropa y carnes de esos cuerpos siempre dispuestos a desafiar fronteras y muros, y controles, y mares, y púas, y armas, y al asesinato sistemático de los Estados.

Es lento su vuelo, aleteos temerosos en esa función para la que nunca fueron creadas. Sensaciones nuevas, como aprendiendo de esas almas que supieron contener, de su deseo libertario por desandar caminos y perseguir sueños.

Quema la cercanía del sol al acero ardiente de los hilos entrecruzados. Y el viento -liberador de aromas y reproductor de las verdes vidas de la estepa- se empeña en destrabar los nudos carceleros que la ignominia humana quiere perpetuar.

Alambradas al aire, vuelos de libertad. Utopías de un mundo nuevo

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