sábado, 17 de julio de 2010

Incompetencia

La jueza Marta Covella ha expresado públicamente su negativa a aplicar la Ley que permite el matrimonio entre personas de un mismo sexo. Extraño caso, propio del mundo del revés que nos cantara María Elena Walsh: ¡se niega a aplicar la Ley la misma funcionaria pública que, paradójicamente, debe velar porque esta ley se cumpla!

Dice la funcionaria que sabe “lo que le gusta a Dios” y que pese a su amor éste considera que “esa es una cosa mala”. Lo que no debe saber, adivino, es que en nuestras democracias afortunadamente el funcionamiento social se sienta sobre leyes civiles y no por la creencia que cada persona tiene. Esta jueza y todas no solo debe hacer cumplir la Ley civil, sino, ante todo, CUMPLIRLA.

Por ello, si no es capaz de cumplir con sus funciones debería renunciar por incompetente o, en su defecto, sus superiores pedirle la renuncia al cargo. ¿O es que su sueldo lo paga la Iglesia?

En tal sentido me pregunto si la Sra. Covella acepta dinero de esa gente que hace cosas tan malas. Imagino que no, de lo contrario debería devolver parte de su sueldo, al menos el que proviene de los aportes de vecinos gay, vecinas lesbianas, hombres de honrosas familias hetero que pululan por los cabaret de la ciudad, mujeres de la prostitución, y de hombres y mujeres que abandonan a sus hijos e hijas. ¿O acaso son malos para tener derechos, pero no tanto para que usted viva de sus aportes?

De todas formas, debo agradecer sus conocimientos para enseñarnos que el amor depende del sexo de quien lo sienta. Y en devolución de conocimientos le invito a leer las estadísticas de sociedades que hace mucho aprobaron estas leyes, caso Islandia, Holanda, Noruega, Reino Unido, etc., y verá usted que no se ha roto la sociedad, que hay menos violaciones que en el nuestro, menos muertes por abortos, menos problemas sociales, etc. Es decir, LA IGUALDAD nada empeora, pero sí mejora sustancialmente la vida de quienes históricamente han sido discriminados por nuestra homofobia.

Ahora, si usted cree que es más importante su creencia religiosa que la Ley de nuestro país, está en todo su derecho, pero es claro que no ocupa el cargo adecuado. La ley de Dios en su casa, por suerte nuestra sociedad está dando pasos importantes hacia otro lado, el de la igualdad, le pese a usted o a quien le pese. Y ojalá este sea solo el principio. Amen.

PD: esta carta es respuesta a las afirmaciones de la jueza civil de General Pico, La Pampa, Marta Covella, quien ha dicho que no casará a matrimonios homosexuales.

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