viernes, 18 de julio de 2008

Apenas una descarga


Querido amigo, no se si algún día leerás estas líneas. Tampoco se si llamar “carta” a este modesto escrito. Apenas palabras que salen de adentro, de lo profundo de un latido en momentos en que la frustración y la impotencia cubren de gris oscuro la mirada acuosa de mis ojos. Acaso una modesta descarga necesaria para aliviar el dolor.

Quisiera tenerte frente a mi para abrazarte y decirte todo lo que tengo guardado, hoy ya no es posible y -pienso- ojalá la vida nos de una segunda oportunidad para cruzar nuestras vidas.

¿Es difícil sabes? Desde ayer un vacío muy grande está sangrando dentro de mi alma (y el de quienes te conocimos). Con vos se fue una esperanza vestida de impunidad, en apenas unas horas lo que era un sueño de futuro se ha convertido en una pesadilla de pasado. Y, Dios quiera, pueda canalizarse en una utopía de mañana.

Hoy he pasado por la esquina donde te detuvieron, frené allí unos minutos, me agaché y miré alrededor en busca de respuestas que se fueron tras las rejas. Cada día pasaré por ese lugar que desde ayer sólo tendrá valor en el recuerdo de tu nombre hermano. Fueron minutos que parecieron horas, busqué esos cinco rostros que nos rodearon, la mirada irónica de esos minúsculos hombrecitos que placa en mano creen poder mandar sobre la vida de cada uno de nosotros.

Me pregunto si pude hacer algo más para evitarlo. Pienso, quizá empezar a gritar para despertar el paso autista de quienes presenciaron tu detención. Tal vez trenzarme a golpes aunque fiel a su estilo nos molieran a patadas e insultos. Que se yo, querido amigo, ¿Cómo hago para sacarme la frustración de no haber hecho todo lo posible para ayudarte? ¿Había opción?...ufff, ante la duda solo disculpas, aunque sean insuficientes, aunque parezcan cobardes… mil disculpas, un millón.

¿Dónde estarás a estas horas? ¿En que parte de los cielos irá tu vuelo de regreso? ¿Te han golpeado? ¿Cuánto te han puteado en su resentimiento ciego y vengativo? ¿Qué será de tus sueños ahora? ¿Cuán juzgadora será la tierra que te espera?

Me duele el convencimiento de que te han pegado. Me machaca la sonrisa irónica del que planeó este final con nosotros como marionetas y víctimas de su maldad. Los imagino felicitándose y brindando por las mieles de un éxito suyo, que no es más que el fracaso de esta raza humana de la que lamento ser parte.

Seguramente en unos días estarás con tus hijos y no tendrás palabras para explicar a su inocencia la maldad que te ha sometido. Ojalá un día nosotros, los que hemos sabido de tu camino, los que intentamos acompañar tu lucha podamos pararnos frente a la mirada de ellos y decirles que su padre ha sido un ejemplo de dignidad.

Contarles que has sido palabra y denuncia pese a lo que ello podía significarte y te significó. Has sido hombría y solidaridad para encabezar un reclamo legítimo de miles de ciudadanos, aún sabiéndote en clara desventaja frente a la peligrosidad de quienes querían silenciarte.

Les hablaremos de ello compañero, no lo dudes. De esa dignidad de puños apretados que mantuviste estando entre rejas o en las paredes del hospital. De tu mirada altiva desafiando los aprietes de tus verdugos. Nos has enseñado un camino y desde hoy eres el símbolo de mi modesta lucha…ojalá un día podamos ser consecuentes con tu sacrificio, Dios quiera mañana, cuando volvamos a cruzarnos, podamos mirarte con la tranquilidad de los que dejan todo por un sueño, como vos…aunque a veces cobre visos de pesadilla.

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