lunes, 31 de diciembre de 2012

El año de las letras

2012 ha sido el año de las letras. No fue el aniversario de la muerte de Lorca ni tampoco de la primera publicación del Quijote de la Mancha. Ni siquiera ha sido necesario consultar a esas mentes –a veces brillantes y otras abrillantadas- de la Real Academia de la Lengua. Nada de eso, porque España es particular y en su singularidad solo ha hecho falta un (Des)Gobierno como el actual para redefinir gran parte de lo que hasta ahora conocíamos como diccionario de la lengua castellana.

Emigración o espíritu aventurero
En ese plan las personas nacidas en España no están emigrando por no ver satisfechas sus necesidades vitales, económicas, sociales o incluso políticas…sino que a decir de la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, lo hacen en virtud de su “espíritu aventurero”. Así las cosas, según el portavoz del Partido Popular en el Congreso de Diputados, Rafael Hernando, quienes llegan vienen “al paraíso de la inmigración ilegal”, y quienes se van, para su compañera, son aventureros.

Ida y vuelta, cara y cruz, quienes se van lo hacen porque por fin dejan de ser “locales", para ponerse "a la altura de los trabajadores cualificados de nuestros socios europeos en cuanto a proyección internacional". Quienes llegan “deben pensar en volver a sus países” y son inmigrantes “calificados”, es decir que han cometido delitos (pese a que Justicia alguna les haya condenado).

Se Busca
Similar interpretación judicial hace la Delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, quien ha puesto las hordas de uniforme al servicio de la recaudación y el miedo. Miles de multas impuestas a una ciudadanía caprichosa que se empeña a reclamar su libre derecho a manifestación, han convertido la Delegación de Gobierno en una oficina más, quizá la más efectiva, de la Agencia Tributaria. Eso sí, de su marido, Franciso Javier Aguilar, delincuente prófugo de la Justicia, nadie sabe nada. Se entiende, es difícil ordenar la búsqueda de un prófugo cuando hay tanto irreverente suelto reclamando Justicia Social.

¿Actuación proporcionada de la policia?
Especial mención en el nuevo diccionario de la lengua castellana tiene la influencia del Ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, para quien la legalidad de las protestas es “violencia callejera”, la convocatoria a manifestarse posible “delito de integración en organización criminal”, y la sola caminata hacia un piquete, motivo suficiente para una “detención preventiva”. Vamos, llevarte preso por las dudas, por si acaso, una estrategia a lo Minority Report versión flamenca.

Pero nuestro ministro no está solo, le acompaña en su cruzada semántica el siempre creativo consejero de interior en Catalunya, Felipe Puig. Ambos adalides de la “estricta aplicación de la fuerza” de parte de sus policías. Ni pelotas de goma ni disparos, ni represión ni violencia policial, todo sea en estricto cumplimiento de la Ley, hasta la pérdida de ojos o muertes como la de Iñiga Cabanas, los indultos a Mossos torturadores y el amparo a policías que golpean a mujeres y menores de edad. Todo vale en su peculiar diccionario.

Otra que ha hecho grandes aportes a la nueva invención de la derecha española, es la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, mujer de extraña –y casi incomprensible dicción- y compleja forma de ver la realidad. Cuando los propios organismos del Estado dan a conocer cifras récord de personas desempleadas ella encuentro en esos números motivos de esperanza y afirma que “se está saliendo ya de la crisis”.

6 millones de personas desempleadas y ¿salimos de la crisis?
No es de extrañar tan arriesgada visión en alguien que ha faltado a todas las cumbres europeas de trabajo y se empeña en destacar el “ejercicio de responsabilidad” del (des)gobierno español toda vez que ha decidido quitar dinero hasta de las propias pensiones.

Óptica ésta que por supuesto comparten los responsables de economía, que no llaman “rescate financiero” al endeudamiento del país sino “préstamo en buenas condiciones”, y se les da por crear un “Banco malo”, como si los ya existentes no lo fueran lo suficiente. Será por eso que dicen pedir menores esfuerzos a quienes menos tienen, mientras coronan el 2012 con casi 50 mil familias que han perdido su casa a manos de esos mismos bancos ¿buenos?

Pero hay más, mucho más. La alcaldesa de Madrid habla de leyes cuando ha asumido sin voto alguno y se hunde entre cajones de peras y manzanas cuando intenta cuestionar lo que hasta el Tribunal Constitucional ha reconocido como un Derecho, el matrimonio de personas de un mismo sexo. Doña (D)Esperanza Aguirre, su enemiga y compañera, no se queda en zaga, y cuenta que no es delito lo que hizo su perrito faldero –perdón, su cachorro- Angel Carromero, que al momento de asesinar a los dos principales opositores al gobierno cubano, conducía sin carnet y en exceso de velocidad. Nada que sorprenda de quien acumulaba 42 multas de tráfico en penas 3 años. Un buen promedio.

Tal vez entre tanto desatino, quien mejor resuma esta nueva arremetida intelectual y lingüística del Partido Popular sea quien ocupara el cargo de presidente del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior, José Manuel Castelao Bragaña, que aseguró que “las leyes son como las mujeres, están para violarlas”. Sin comentarios.

En todo caso en esta redefinición del diccionario habrá que ir buscándole nuevas interpretaciones a eso que le llaman Democracia, tan vacía de contenido, maltratada y puesta a rodillas de la derecha extrema que asola y (des)gobierna España.

Y mientras seguimos buscando una solución, me quedo con “Demos-Gracia”, porque aún estamos vivos y con ganas de seguir plantándole cara a la mafia política/banquera/policial que se ha adueñado de estas tierras.

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