¿Por qué en esta sociedad española nos escandalizamos por los sucesos ocurridos en la región de Calabria, Italia, donde varios miles de inmigrantes han tenido que ser sacados de la localidad de Rosarno, tas ser atacados salvajemente por una poblada que pedía su expulsión de la ciudad?
¿Qué nos asusta o sorprende?¿Qué nos llama la atención?¿Acaso no hemos contribuido todos un poco a que esto nos suene como a una pequeña erupción dentro de un volcán que puede explotar en el corazón de Europa en tanto sigamos criminalizando y culpando de todos nuestros males a las personas llegadas de otros horizontes?
¿Qué estaban en regímenes de esclavitud? ¿Y cómo se le puede llamar a las condiciones laborales de cientos de personas inmigrantes que trabajan en España en el trabajo doméstico? ¿No lo es acaso el no tener vacaciones (que no sean las de sus jef@s), tener que pagarse ellas mismas la seguridad social, disponer de apenas medio día libre a la semana?
¿Y las condiciones en que decenas de miles de inmigrantes trabajan en la recogida de la fresa, hortalizas o la oliva en Andalucía? ¿Es necesaria una mafia del tamaño de la calabresa para entender que las mafias nos pertenecen mucho más que esa viaje creencia de que las mafias son extranjeras?
¿Qué nos pasó que ahora nos asustamos? ¿Jamás habíamos visto o no quisimos ver lo que viene pasando en nuestras propias narices? ¿Hasta cuándo perpetuaremos las desigualdades? ¿No será hora de actuar? Solo preguntas, simples interrogantes…
Releo los periódicos españoles e invariablemente se habla de esclavitud, jaurías humanas, explotación, mafias, relaciones de “atroz desigualdad”, “limpieza étnica”. Libertad de expresión que le llaman, y que bien suena luego de tantos eufemismos utilizados para definir similares situaciones que acontecen en España.
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