Abajo: Pampa y Edu
Ha pasado mucho tiempo para que esta crónica saliera a la luz…pero aquí está. Las malas lenguas dirán que quien suscribe recién ahora ha podido recuperarse del cansancio, aunque los testimonios gráficos mostrarán lo contrario.
Este año la popular San Silvestre Vallecana encontraba al grupo de muchachos del “Colectivo 07” en fase de ampliación. Ya no se contaba solo con la representación madrileña sino que se sumaba un argento-catalán y en la logística un gallego con más ganas de desparramar copas por la noche que seguir el pausado ritmo de los muchachos.
Como siempre la preparación para el desafío no fue cosa de dos días, especialmente en lo físico. Así se lo vio al catalán “Apa” seriamente apoyado a la barra de un bar de la Latina tomando cañas y de tapeo hasta escasa horita antes del inicio de la carrera. Cigarrillo en una mano, copa en la otra, dando handicap a los rivales... los grandes son así. Nada que ver con Pampa, que fiel a lo leído en algún que otro libro decidió comer unas pastas -¡dos platos de pasta!-, aunque su desorden horario hizo que terminara de darse la panzada a eso de las 17:30…casi sobre la hora de salida.
El encuentro fue en las mismísimas puertas del estadio “Teresa Rivero”, del Rayo Vallecano, y a más de uno de los atletas se le adivinó la intención de quedarse allí mismo, en la meta de llegada, a esperar que el esfuerzo fuera cosa de otros. La indumentaria oficial otra vez fue la Banda Roja que cruza el alma, la del Rayito en Edu, la del glorioso River Plate en el resto. Sin embargo Pampa optó esta vez por camiseta de la Asociación de Sin Papeles de Madrid y su ya mítico lema de “Mbolo Moye Dole” (¡Juntos podemos!) y pañuelo chino (simil Palestina) al cuello. En mano bandera con la leyenda “Stop a los controles policiales. Ninguna persona es ilegal. PAZ”.
Mención especial para Gustavo el “Romano”, de canosa cabellera con gel, camiseta de marca ajustada al cuerpo y calzas marcando “tobul”. Experto adiestrador y cuidador de perros, el muchacho impactó por su
contextura física y soportó con entereza la pregunta más recurrente: “¿che, vienen de esas (calzas) para hombres?”.
Este año la popular San Silvestre Vallecana encontraba al grupo de muchachos del “Colectivo 07” en fase de ampliación. Ya no se contaba solo con la representación madrileña sino que se sumaba un argento-catalán y en la logística un gallego con más ganas de desparramar copas por la noche que seguir el pausado ritmo de los muchachos.
Como siempre la preparación para el desafío no fue cosa de dos días, especialmente en lo físico. Así se lo vio al catalán “Apa” seriamente apoyado a la barra de un bar de la Latina tomando cañas y de tapeo hasta escasa horita antes del inicio de la carrera. Cigarrillo en una mano, copa en la otra, dando handicap a los rivales... los grandes son así. Nada que ver con Pampa, que fiel a lo leído en algún que otro libro decidió comer unas pastas -¡dos platos de pasta!-, aunque su desorden horario hizo que terminara de darse la panzada a eso de las 17:30…casi sobre la hora de salida.
El encuentro fue en las mismísimas puertas del estadio “Teresa Rivero”, del Rayo Vallecano, y a más de uno de los atletas se le adivinó la intención de quedarse allí mismo, en la meta de llegada, a esperar que el esfuerzo fuera cosa de otros. La indumentaria oficial otra vez fue la Banda Roja que cruza el alma, la del Rayito en Edu, la del glorioso River Plate en el resto. Sin embargo Pampa optó esta vez por camiseta de la Asociación de Sin Papeles de Madrid y su ya mítico lema de “Mbolo Moye Dole” (¡Juntos podemos!) y pañuelo chino (simil Palestina) al cuello. En mano bandera con la leyenda “Stop a los controles policiales. Ninguna persona es ilegal. PAZ”.
Mención especial para Gustavo el “Romano”, de canosa cabellera con gel, camiseta de marca ajustada al cuerpo y calzas marcando “tobul”. Experto adiestrador y cuidador de perros, el muchacho impactó por su
EDU, PAMPA y KBEZA (KM 9)
De allí a la meta de salida, el viaje en tren ya fue dejando algunas perlitas…la pasividad de Apa para descender y subir escaleras ante la premura generalizada y especialmente el encuentro en el mismo anden de Pampa y su bandera contra los controles policiales, con un grupo de fornidos atletas en cuyas camisetas de leía que… eran de la policía!
Caso especial el de este pibe Apa, que se presentó a la cita con aires de “yo de esto no entiendo nada”, pese a que los íntimos sabían que se hace 5 kilómetros de cinta todos los días. Bueno, también varios de Colectivo son aficionados a la cinta… ¡de lomo adobado!
Ya en la meta, con Apa dando las últimas pitadas al cigarrillo, el Romano en un estado de trance y concentración que hasta el mismo Buda envidiaría, y “Soldado” Matías vigilando cuanto cuerpo femenino pasaba alrededor, el equipo se podía decir que estaba preparado para la ansiada largada... y largaron.
Los primeros metros no fueron fáciles, en subida directa ya a alguno se le escuchó decir que estaba “acalambrado”, aunque el orgullo estaba en juego y nadie quería aflojar apenas iniciado el recorrido. La calle Serrano trajo el alivio, en bajada la cosa se hizo más fácil y se empezó a vislumbrar que el atlético Romano iba a ser el esprintador del grupo, con un paso constante y seguro que por momentos sólo parecía sostener el amigo Edu.
Mientras Pampa atendía varias requisitorias telefónicas, Soldado a esas alturas ya buscaba alguna salida decorosa, cosa que rato después encontraría en la excusa más usual, atarse los cordones de las deportivas. Ese modesto gesto hizo perderlo de v
ista hasta…la cena. Dice el sujeto en cuestión que llegó “apenas” 5 minutos más tarde que el resto. Las malas lenguas comentan que lo vieron bajar al Metro de Madrid a mitad de competencia…las cámaras del servicio público de transporte podrán develar la verdad algún día. La duda queda flotando en el aire.
UN ESFORZADO kBEZA LLEGA A LA META
En el camino los muchachos se fueron cruzando con personajes disfrazados de todo tipo…unas pitufas singulares, otros pbes enfundados en trajes de botellines de cerveza, una familia llevando a su hijo en cochecito a velocidad de Fórmula 1 y hasta uno que hacía la competencia MARCHA ATRÁS! “Decime que no venís así desde la salida”, preguntó un casi asustado Pampa a la altura del Paseo del Prado, mientras Edu le advertía que se acercaba a dos escalones.
Metros más adelante, ya frente a la mítica estación de Atocha todo el equipo fue testigo de la asistencia médica de un competidor que al otro día se enterarían, había fallecido. La “parka” andaba cerca, era cuestión de huir de allí.
La Avenida la Albufera y la entrada en el glorioso barrio Vallecano le dio otro aire al tramo final de los muchachos. El aliento popular es como un pulmón que empuja hacia adelante y aunque la carrera parecía ser más trabada que el año anterior, el equipo se mostró con más aire para aguantar los últimos kilómetros. Basta ver la foto que Kbeza, Edu y Pampa se hicieron faltando mil metros para la meta, una buena postal de ese hermoso momento.
Al final nuestros atletas marcaron un tiempo de 1 hora 8 minutos aproximadamente. El primero en llegar fue Romano y atrás el trío de la foto y Apa, aunque el muchacho llegado de Barna confesaría que tenía aire para correr un tramo más extenso aún. ¿Una maratón quizá?... la representación madrileña lo miró con aires de “dejate de joder que no damos más”.
La noche ya depararía otros momentos, donde al parecer brillaría la presencia del “Gallego”, un experto levantador de vidrio y un virtuoso en eso del fondo blanco. El barbado que comenzó preguntando qué era eso del Fernet con Coca y luego se abrazó a la botella de forma
sorprendente. Pero esa, es ya es otra historia…
De allí a la meta de salida, el viaje en tren ya fue dejando algunas perlitas…la pasividad de Apa para descender y subir escaleras ante la premura generalizada y especialmente el encuentro en el mismo anden de Pampa y su bandera contra los controles policiales, con un grupo de fornidos atletas en cuyas camisetas de leía que… eran de la policía!
Caso especial el de este pibe Apa, que se presentó a la cita con aires de “yo de esto no entiendo nada”, pese a que los íntimos sabían que se hace 5 kilómetros de cinta todos los días. Bueno, también varios de Colectivo son aficionados a la cinta… ¡de lomo adobado!
Ya en la meta, con Apa dando las últimas pitadas al cigarrillo, el Romano en un estado de trance y concentración que hasta el mismo Buda envidiaría, y “Soldado” Matías vigilando cuanto cuerpo femenino pasaba alrededor, el equipo se podía decir que estaba preparado para la ansiada largada... y largaron.
Los primeros metros no fueron fáciles, en subida directa ya a alguno se le escuchó decir que estaba “acalambrado”, aunque el orgullo estaba en juego y nadie quería aflojar apenas iniciado el recorrido. La calle Serrano trajo el alivio, en bajada la cosa se hizo más fácil y se empezó a vislumbrar que el atlético Romano iba a ser el esprintador del grupo, con un paso constante y seguro que por momentos sólo parecía sostener el amigo Edu.
Mientras Pampa atendía varias requisitorias telefónicas, Soldado a esas alturas ya buscaba alguna salida decorosa, cosa que rato después encontraría en la excusa más usual, atarse los cordones de las deportivas. Ese modesto gesto hizo perderlo de v
UN ESFORZADO kBEZA LLEGA A LA META
En el camino los muchachos se fueron cruzando con personajes disfrazados de todo tipo…unas pitufas singulares, otros pbes enfundados en trajes de botellines de cerveza, una familia llevando a su hijo en cochecito a velocidad de Fórmula 1 y hasta uno que hacía la competencia MARCHA ATRÁS! “Decime que no venís así desde la salida”, preguntó un casi asustado Pampa a la altura del Paseo del Prado, mientras Edu le advertía que se acercaba a dos escalones.
Metros más adelante, ya frente a la mítica estación de Atocha todo el equipo fue testigo de la asistencia médica de un competidor que al otro día se enterarían, había fallecido. La “parka” andaba cerca, era cuestión de huir de allí.
La Avenida la Albufera y la entrada en el glorioso barrio Vallecano le dio otro aire al tramo final de los muchachos. El aliento popular es como un pulmón que empuja hacia adelante y aunque la carrera parecía ser más trabada que el año anterior, el equipo se mostró con más aire para aguantar los últimos kilómetros. Basta ver la foto que Kbeza, Edu y Pampa se hicieron faltando mil metros para la meta, una buena postal de ese hermoso momento.
Al final nuestros atletas marcaron un tiempo de 1 hora 8 minutos aproximadamente. El primero en llegar fue Romano y atrás el trío de la foto y Apa, aunque el muchacho llegado de Barna confesaría que tenía aire para correr un tramo más extenso aún. ¿Una maratón quizá?... la representación madrileña lo miró con aires de “dejate de joder que no damos más”.
La noche ya depararía otros momentos, donde al parecer brillaría la presencia del “Gallego”, un experto levantador de vidrio y un virtuoso en eso del fondo blanco. El barbado que comenzó preguntando qué era eso del Fernet con Coca y luego se abrazó a la botella de forma
LOS QUE SE VIERON EN LA META...¿Y SOLDADO?
YA DE MADRUGADA, EL GALLEGO (DE ROJO) DESTACADO FIESTERO DEL EQUIPO
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